dissabte, 24 de gener del 2015

Sobre el retorno a los uniformes escolares en los colegios españoles


Foto: ecoaula.eleconomista.es

“Considero que sería un paso atrás”.
“Yo, en cambio, estoy a favor: ya no habrá discriminación entre los alumnos/as por como van vestidos/as, ni se pelearán porque llevan o no llevan ropa de marca”.
En primer lugar, no estoy tan seguro sobre el hecho que ya no habrá discriminación: seguirá habiendo el niño o la niña que siempre lleva el uniforme impecable y aquel que lo lleva sucio, roto o de una talla inadecuada. Y sin duda, fuera de la escuela, seguirá habiendo discriminación y la cuestión de las marcas.
En cambio, con los uniformes, evitamos enfrentarnos a este problema en la escuela y perdemos la oportunidad para tratarlo, hablar de ello y hacer reflexionar a las chicas y chicos, de la edad que sean.
En la base del dilema está siempre la misma cuestión: si pensamos que la escuela sirve para aprender a leer y a escribir, a manejar los números, a conocer hechos históricos, etc., en definitiva, que su función se reduce al saber, pues mejor evitar que un tema ajeno e inoportuno como la ropa interfiera en el trabajo del aula. Pero si consideramos que la escuela debería enseñar no sólo a saber, sino también a opinar y a saber vivir, entonces no deberíamos desaprovechar ninguna oportunidad para crear debates y espacios de reflexión sobre los problemas del día a día. Y entre ellos, claro que sí, está incluido el tema de la ropa que llevamos, que va relacionado con la influencia de la televisión, con el consumismo, con el medio ambiente, con las desigualdades sociales.
Un debate en el aula sobre este argumento puede hacerse en cualquier momento a partir de conflictos o preguntas que surjan espontáneamente de los alumnos. De aquí podrían nacer proyectos globales interesantes para profundizar en torno a la publicidad o al origen de la ropa y de los materiales que se utilizan.
Otra posibilidad es la de incluir en la programación un proyecto que permita tratar este tema. Un ejemplo concreto -que se llevará a cabo en la Escuela Andorrana en el ciclo superior de primaria a partir del próximo curso- es un proyecto de investigación sobre la evolución de la ropa en el tiempo, es decir, como se vestía la gente en diferentes épocas históricas (y bien podría hacerse en diferentes culturas y Países en la actualidad). El proyecto se acabará con un “desfile histórico”. 
En llevar a cabo un proyecto como este no hay que perder de vista que la finalidad no es que los niños sepan detalladamente cómo se vestían, por ejemplo, los franceses en el ‘700 (contenidos factuales), sino que se den cuenta que el concepto de “vestirse bien” es muy relativo. Que una ropa no vale más porque sale en la tele o porque la lleva más gente y que si queremos vestirnos todos/as iguales acabaremos pareciéndonos a un rebaño de ovejas. Cada uno/a de nosotros/as es diferente, es único y es tanto más inteligente cuanto más piensa con su cabeza y no se deja influenciar por la publicidad o por lo que dicen, hacen o piensan los demás. Es un concepto muy sencillo al cual los niños y niñas, incluso pequeños/as, pueden llegar solos/as a través de la búsqueda, la reflexión personal y de grupo y el debate colectivo.

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